Por Óscar Zardain.

Cuando en septiembre de 2016 tuve la oportunidad de acompañar a Sergio Martínez a los estudios que la Cadena SER tiene en la Gran Vía madrileña, me sentía realmente emocionado de poder estrechar la mano de Michael Robinson, quien había sido, y continuaba siendo, una de las voces de referencia en el mundo del deporte, y en especial del fútbol.

Su equipo me contactó para tratar de hacer un episodio de “Acento Robinson” – apéndice radiofónico de su televisivo “Informe Robinson”- repasando la carrera de “Maravilla”, el cual había anunciado su retiro oficial apenas un año antes.

La cita no defraudó, el programa salió según lo esperado, excelso, y el propio Michael se comportó con una cercanía y cordialidad completamente acorde a lo que reflejaba a través de los medios. Una gran experiencia que el inglés rubricó con unos comentarios acerca del boxeo que me dejaron realmente perplejo, debido a la pasión y el conocimiento con el que hablaba de este deporte.

Michael comentó como practicó boxeo en el colegio, donde en Reino Unido está considerado como una actividad extra escolar más, y también como, a principios de la década de los noventa, poco después de su retirada en el Osasuna, se dedicó a intermediar para vender a toda Europa los derechos televisivos de las veladas organizadas por Don King, lo cual quiere indicar que muchas de las grandes noches que disfrutamos en España en aquellos tiempos fueron en parte posibles gracias a la intervención del propio Robinson.

La cita se volvió a repetir un año y medio más tarde, en febrero de 2018. Michael quería conocer las andanzas de un joven llamado Jon Fernández, que estaba llamando la atención en los Estados Unidos. Una vez más el trato fue exquisito, familiar, próximo, tanto por parte del locutor como de todo su equipo. De nuevo, tras el programa, charlamos de boxeo otro buen rato, donde nos amplió algunas nuevas anécdotas de sus negociaciones con Don King, los tejemanejes de cierto promotor español con Canal Plus y nos hizo varias preguntas sobre la actualidad que demostraban lo mucho que le gustaba en noble arte.

Recientemente pude leer en una entrevista que su entrada en Canal Plus fue a raíz de su ofrecimiento para comentar boxeo, pero los directivos prefirieron que participara en un programa nuevo, el mítico “El Día Después”. Todo lo demás es historia. En dicho espacio  Michael no olvidó su amor por las dieciséis cuerdas y gracias a él pudimos ver los últimos días de Perico Fernández, adentrarnos en la famosa escuela cubana, admirar la historia de superación de Miriam Gutiérrez o conocer la valiente vida de Selen Agudi. En “Acento”, además de entrevistar a Sergio y Jonfer, solicitaron nuestra ayuda para contactar con Erika Farias, la gran campeona argentina que, al igual que Miriam, encontró en el boxeo una puerta de escape a los malos tratos de su marido. Grandes historias que Michael Robinson y su gente convirtieron en inolvidables.

Nos ha dejado un excelente futbolista, un genial comentarista, un gran aficionado al boxeo y, sobre todo, un enorme ser humano. Descanse en paz.

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